Las nubes blancas venidas de lejanos mares
de lágrimas en la cumbre andina se cuajaron
y en la cuna del núbil vientre de incaica estirpe
al mas indómito Cholo mestizo engendraron
Aun duerme la alborada, el despertando los surcos
el sol, en su loca carrera, desaparece
infatigable junto a la yunta aun permanece
la oscura noche rendida a sus ojos adustos
Cuando la plateada luna al cielo relumbra
El se libera al viento en sus tristes melodías
quenas y guitarras lacerando la penumbra
Ama como buen Cholo la eterna lejanía
Siempre de pie, pero nunca jamás de rodillas
Esperando con ansias llegue otro nuevo día
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14 de agosto de 2008
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