Unas botas pateando los traseros
unas barbas haciendo de justicieros
La masa clamando ¡justicia! ¡justicia!
Un hombre inocente muere ¡que injusticia!
Unos dan la vida por sus ideales
Otros venden a buen precio sus maldades
El ande se desangra inútil e impune
la injusticia putrefacta inunda el bosque
Por pretender que que florezca en el desierto
Por pretender que siga muriendo el muerto
Entre ambos, entre las barbas y las botas
agonizan, fatales, las esperanzas
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9 de septiembre de 2008
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