Los pétalos de tu ardorosa boca
riegan con dulces aromas mis labios.
Los manjares de tus turgentes pechos,
sacian todos mis hambres que provocas
Palpo palmo a palmo con ansias locas,
tus selvas, oasis y frescos ríos,
que me inundan con tus acuosos bríos,
y que afanosas mis fuegos sofocan.
Las abejas de tersa piel se alocan,
donan miel a los deseos impíos
que prontas a saciarlas desembocan
Juntos al unísono griterío,
En la única conmoción reciproca
Regados con magia de tus rocíos.
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