Te tengo prisionera en mis recuerdos,
allí despiertas, en mis noches de insomnio:
Con tus caricias rozando mi piel,
tus suspiros consolando mis penas,
Hablándome,
Con el color de tus labios.
Asedia el recuerdo con tus sonrisas
desde pliegues y ángulos escondidos.
Cambiar quiero el futuro por un ayer.
Te busco en el lecho, brilla el vacío.
No entiendo nada de nada, ni de tu ausencia.
Miro al futuro y tú ya no estás.
La nada.
A nadie le intereso, nadie me espera,
los perfumes de las sábanas guardan
el aroma de nuestra última noche.
Y es que ni los silencios son los mismos
nadie podrá llevarse tus recuerdos,
ni probar la gloria de haberte amado,
ni rogarte para que te quedaras,
ni amarte con locura y sin medida,
ni aprisionar el rumor de la lluvia
para hablarte mirándote a los ojos,
ni saltar de gloria con cada beso
Ya nadie tus lágrimas secará
con el pañuelo blanco de mis besos.
Ya nadie te dirá:
No dejes de mirarme, amor mío
allí despiertas, en mis noches de insomnio:
Con tus caricias rozando mi piel,
tus suspiros consolando mis penas,
Hablándome,
Con el color de tus labios.
Asedia el recuerdo con tus sonrisas
desde pliegues y ángulos escondidos.
Cambiar quiero el futuro por un ayer.
Te busco en el lecho, brilla el vacío.
No entiendo nada de nada, ni de tu ausencia.
Miro al futuro y tú ya no estás.
La nada.
A nadie le intereso, nadie me espera,
los perfumes de las sábanas guardan
el aroma de nuestra última noche.
Y es que ni los silencios son los mismos
nadie podrá llevarse tus recuerdos,
ni probar la gloria de haberte amado,
ni rogarte para que te quedaras,
ni amarte con locura y sin medida,
ni aprisionar el rumor de la lluvia
para hablarte mirándote a los ojos,
ni saltar de gloria con cada beso
Ya nadie tus lágrimas secará
con el pañuelo blanco de mis besos.
Ya nadie te dirá:
No dejes de mirarme, amor mío
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