Déjate Amar

Déjate amar, una vez más, en estos momentos que el sol está cayendo en tus brazos y su sangre se va derramando en el horizonte. En estos momentos, en que la luna se alza contenta entre el bosque que retoña. En estos momentos en que el cielo esta pariendo sus estrellas de fantasía. En estos momentos en que mi chullo y mi poncho se han saciado con el frío de la puna.


Guardaré las notas del viento, de las cordilleras, de los ríos y del vuelo de los cóndores. Guardaré el beso del lago y la totora, del pato silvestre y las olas, de la laguna y la luna, para recordar tus promesas. Para recordar que fui pescador de sueños en las aguas de estos ríos que acariciaron con frescura mi juventud.


Deja que acaricie tus delicadas manos
Antes de que los años aren los surcos del tiempo
Deja que bese tus cálidos labios
Antes de que tus labios pierdan tu frescura
Deja que te ame una vez más
Antes de que el instante se escape por el agujero del tiempo

Tu eres el puñal y yo el corazón herido, tu eres la reina y yo el esclavo.  Conozco los  dolores de la ausencia y la soledad. Pero descubrí que el amor se paga con más amor y el desprecio con los puñales del olvido.

Deja que te cuente del dolor de la alcoba vacía
De las largas noches llenas de ausencia
De las barcas, sin vela, perdidas en el océano
Del corazón que retumba y del sueño que no llega.

Déjate amar,  prenda mía, con el ímpetu de las olas, con la furia del viento, con la suavidad de la brisa, con las caricias del rocío.


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