Beso tus suaves mejillas
con la impetuosa pasión
del ancho  mar y sus olas
Y juego  con  tus  cabellos
con  delicadas caricias
como  si fueran mis manos
alas de las  suaves brisas.
Te abrigo en mi ávido pecho
y te enciendo con mi fuego.
En la hoguera de arduo lecho
ardemos  dos,  sin  sosiego.
Como potros indomables
galopo con  mis latidos
praderas inagotables
de tu mullido regazo
Cual las águilas del cielo
en las  alas del deseo
alzamos  en nuestro vuelo
a los  instantes de sosiego.
 
 
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