Muere el olvido al revivir el  beso
que cautiva con tanta libertad
caricias que  laceran la orfandad
sabor dulce del picante deseo.
En el perdón de implacable condena
imploro el brillo  de tus negros ojos
amo el hielo de tus  cálidos labios,
la miel salada de tu piel morena.
Sin cadenas, atando corazones
libre en el encierro de tus entrañas
humedeces la sequedad de mi alma
y olvido en tu regazo mi razones.
Ama demasiado el día a la noche
que la captura y la libera   siempre
Yo te encierro para que seas libre
de amarme solo un instante por siempre.
 
 
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