Aguita del río

Si las aguas pudieran hablarte
con mi canto delicado
entonarían tu nombre
llevándote mi mensaje
dándote entre su frescura
el alivio de mi ausencia,
dándote en sólo una gota
el remedio del olvido.

Si esta corriente pudiera llevarme
a dejarme entre tus brazos
me iría  con tal premura
a buscar en tu dulzura
el motivo eterno de mis versos
el consuelo a mi fatal agonía

Luna blanca de mi eterna quimera
refleja en cada lucero
el silencio de mis noches,
los dolores de la ausencia,
la tristeza de mis ojos,
el olvido de mis besos,
para que mi amada sepa
que la extraño y amo tanto.

Las ganas de besarte

Que tiene tu linda boca
aunque si yo no lo quisiera,
aunque si tu no lo quieras,
a besarte  me provoca.

El deseo es más potente
que aquellas prohibiciones,
que estas mis inhibiciones,
me dan ganas de besarte.

Voy a recorrerte a besos
de la boca hasta los pies
y antes de contar a diez
besaré también tus dedos.

 Voy a cubrirte de besos
desde tus labios a la nuca,
de  la frente hasta las uñas
sin prisas y sin apuros.

Cada vez que me sonríes
mi corazón, que se aloca
explosiona  entre  mi boca
por decirte que me beses.

Cuando estas entre mis brazos
los poros  se me encabritan
y en tu piel raudos galopan
cuando al amor nos rendimos.

Voy a recorrerte a besos
de la boca hasta los pies
y antes de contar a diez
besaré también tus dedos.

 Voy a cubrirte de besos
desde tu cuello a la nuca
de  la frente hasta las uñas
sin prisas y sin apuros.